Saturday 19 July 2014

Bolivia

Frío y viento al entrar en Bolivia. El norte de Chile y el sur de Bolivia son muy secos, hay muchísimo viento y las temperaturas son bajas, llegando a hacer muchísimo frío cuando se pone el sol. La altura tampoco ayuda a que uno se sienta del todo bien.
Los paisajes que se pueden disfrutar en el tour de 3 días que hice por el Salar de Uyuni son impresionantes. Superficies tan extensas hacen que se te pierda la vista allá donde mires. Para visitar este lugar no queda otra que ir con un tour organizado. Creo que sería muy peligroso adentrarse en el desierto sin alguien que lo conozca bien. Es por eso que pasamos los 3 días en el JEEP con un conductor de Uyuni el cual nos guió a traves de nuestro camino hasta su ciudad. Una experiencia totalmente recomendable, aunque después de tantas horas de coche se hiciese un poco cansado.
En Uyuni ciudad no hay nada. Nada más llegar busqué la manera de llegar a mi siguiente destino, Potosí. A pesar de que me habían advertido de ciertas protestas a la salida de la ciudad, que podrían dificultar la circulación del tranporte público, no hubo mayor contratiempo. Llegé a las 3-4 horas y, como siempre, a buscar alojamiento. Quizás más duro que de costumbre, por lo dificil de andar a tanta altura con la mochila a cuestas.

Frontera Chile - Bolivia.

Hielo y Viento en el desierto.


Flamencos.

Más viento.

Llamas.



Danger...

Isla en mitad del Salar de Uyuni.


Salar.

Sal hasta donde la vista llega a alcanzar.


Cementerio de trenes.

Después de una larga noche de descanso bien merecido, a visitar la nueva ciudad, conocer la nueva cultura y probar la nueva comida. Todo positivo :)
Potosí es famoso por las minas. Aquí se encuentra la que dicen es la mina de plata más grande de Sudamérica. Diariamente trabajan en esta mina cerca de 15.000 personas. Entre los cuales se respira un sentimiento generalizado de antipatía hacia los españoles. Supongo que con razón, ya que mucha de la plata acabó en España, y ahora se pasan la vida entera muriendose allí dentro para conseguir cantidades muy pequeñas del mineral.
Estuve dentro de la mina por unas 3 horas. Ya solo recorrerla es duro, ya que tienes que ir encorvado casi todo el tiempo. Ni nos podemos imaginar lo que es trabajar allí por más de 12 horas cada día, cargando carretillas con más de 200 kg y empujandolas por los pasillos. Muchos niños empiezan apenas cumplen los 10 años. Parece ser que solamente el mascar coca les da la energía para seguir. Es la creencia popular que por cada día de trabajo en la mina vives uno menos, y hablé con mineros con más de 20 años de experiencia... Sorprendentemente, se respira un ambiente alegre y de motivación. Los mineros trabajan toda la vida con la esperanza de encontrar El Mineral, una piedra lo suficientemente grande que les haga ricos y les permita cambiar de vida. Que esta esperanza sea más que un sueño, lo dudo.

Potosí.

Coca.

La que dicen ser la mina de plata más grande de Sudamérica.

Atravesando la montaña.


Salida.

De Potosí viajé a Sucre. Una ciudad muy bonita y animada. Genial para pasear, comer barato y divertirse. Allí volví a coincidir con unos amigos que hice en Bariloche. Me alegró mucho volverlos a ver y poder celebrar mi cumple con ellos y otra gente que conocimos en el hostel. Conocí dos chicas alemanas con las que acabé viajando hasta mi salida de Bolivia. Se conoce muy buena gente cuando uno viaja solo :)

Cholita.

Enorme, La Paz.

Más Cholitas.


De Sucre a La Paz. Sin mucho más que contar a parte de lo de siempre. Gente interesante, buena comida y, en esta ciudad, fiesta. Lo pasé bien viendo los partidos del mundial y celebrando con los alemanes.
Hice una excursión a la carretera de la muerte, cerca de La Paz. Muy emocionante. Nos subían en minibus hasta más de 4.500m y en bici bajamos por la carretera/carril hasta apenas 1.000m. En bici la carretera no era en exceso peligrosa. Supongo que adquirió su nombre cuando era todavía la carretera principal y circulaban coches y autobuses por ella. Según escuché, había decenas de muertos cada año y por eso contruyeron una ruta alternativa.

De La Paz nos encaminamos las dos alemanas, un chico californiano y yo a Copacabana, a orillas del lago Titicaca. Pasamos una noche allí antes de cruzar en barco hasta la Isla del Sol. Un lugar precioso para caminar. No hay tráfico y todo se conserva muy natural. Dieta en el lago: trucha recien pescada del  Lago, a veces incluso 3 veces al día.

Después de varios días nos tocó otro cruce de frontera, esta vez hacia Peru. Escribo desde Cusco, a un día de encaminarme hacia Machupichu. 

Me voy acercando a climas más cálidos. Menos mal :)

En el bus hacia Copacabana.

Atardecer en la Isla del Sol, Lago Titicaca.

Muy bonita la Isla. Sin tráfico y con geniales caminos para pasear.

Choclo.

Wednesday 25 June 2014

Hacia el norte...

Bariloche acabó por ser uno de estos lugares que enganchan... lo pasé muy muy bien allí, y me costó mucho tomar la decisión de irme para seguir con el viaje. Es un lugar de temporada, y mucha de la gente que allí conocí se quedan para todo el invierno (el de aquí). Hubiese sido un buen lugar para pasar una temporada de nieve!
Por el Hostel Rodinia y el sentirse como en casa, por la estupenda gente y el no parar de organizar planes, por los paisajes, por el equipo de balonmano que se alojó en el hostel y por lo bien que lo pasamos convirtiendonos en su hinchada... espero no olvidarme del buen tiempo que pasé en Bariloche :)

Vamos, Bichas!

El Bolsón.

Y de ahí a Chile. Empecé por Pucón, queriendo hacer montaña. Pero el clima no me lo permitió: lluvia, frío y más lluvia. Al día siguiente de llegar a Pucón ya estaba montado en el bus que me llevaría a Santiago.
En Santiago volví a usar CouchSurfing. Sofía me invitó a pasar algunos días en la casa de su familia. Me trataron muy bien y pudimos pasear mucho para conocer la ciudad. Aunque el clima tampoco fue el mejor...

Santiago, Chile.

La capital con su bonita cordillera justo detrás.

Después de casi una semana seguí más hacia el norte. Valparaiso. Es un sitio con mucho encanto! Muy colorido y contruido sobre las laderas de los cerros. Genial para pasear y perderse por las callejuelas :)

Valparaiso.

Trolebús en Valparaiso.

Happies.


Después de Valparaiso llegué a La Serena con una gripe tremenda... los cinco días que allí pasé fueron en la cama. No vi apenas nada de la ciudad. Lo peor de viajar solo es cuando uno se enferma...
Y de allí, queriendo cambiar por fin a un clima más cálido, viajé a San Pedro de Atacama. Donde se encuentra el desierto mas árido del mundo. El paisaje es increible: arena, sal y viento.

Hasta ahora había tenido mucha suerte con el clima en todo mi viaje. Lástima que aquí en chile haya sido duro. Espero poder volver en el futuro, en una época de temperaturas más suaves y menos lluvia... me quedaron pendiente la Patagonia argentina y chilena!

San Pedro de Atacama.

El Valle de la Luna.


Volcanes en Chile.

El desierto más árido del mundo.




Wednesday 28 May 2014

Entre caballos.

Vuelvo a la "civilización" después de un mes de voluntariado. Os cuento:

Llegué a Mendoza en Semana Santa. Venía sin plan ninguno, así que me sumé, con gente que conocí en el hostel, a las típicas actividades turísticas de esta zona: visité varias de las muchísimas bodegas que hay, fuí a unos baños termales, paseé por la ciudad y fui a una cabalgata al atardecer por la zona de las montañas cercanas a Mendoza.
Y fue que al ponerme a pensar en un siguiente destino, no podía decidirme. Entonces se me ocurrió contactar a Javier, el que lleva las cabalgatas, a través del hostel, por si por alguna extraña casualidad necesitaba alguien que fuese a trabajar allí a cambio de alojamiento y comida. Al día siguiente llegaba con mi mochila al puesto/finca :)

Monturero.

Horno de barro para el asado.

Vistas.

Primera nevada.

Gaucho.

Atardecer sobre los Andes.

Resultó ser exactamente el sitio que necesitaba. No había electricidad ni agua. Solo caballos, campo y trabajo hasta donde la vista llegaba a alcanzar. Eramos cinco viviendo allí: los también voluntarios Noemi y Ludovic, Javier y su pareja Caro y yo. O tal vez eramos once... si incluyésemos las mascotas: los cuatro perros y las dos tarántulas, Amelie y Pepe.

Mulas, las más curiosas.

Probando jaja

Los guardianes del puesto.



El jefe.

Cuando Pepe decidió unirse al equipo...


Amelie y Pepe.

Habeís montado alguna vez a caballo? Aunque siempre me habían gustado, nunca había montado hasta que hice la cabalgata. Son animales increibles, impresiona la fuerza y potencia que tienen.
Nuestra rutina consistía en dejar los caballos libres por las mañanas para que comiesen en el campo, mientras uno de nosotros vigilaba que no se fuesen. Los cuatro días a la semana que había cabalgata teníamos que ensillar los caballos y preparar el asado para los turístas. Y diferentes pequeños trabajos que siempre surgían.

Corral.

Zanahorias de descarte.


Preparando el fuego.


Aunque no puedo decir que monto bien a caballo, porque eso es cuestión de toda una vida dedicada a ellos, después de un mes montando casi diariamente, me defiendo bastante bien! Era muy emocionante tener que vigilar y mantener juntos a unos veinte caballos completamente libres en un campo sin límites.




Llegué hace un par de días a Bariloche. Paisajes increibles. Vuelvo a hacer montaña! 
Me quedan tres meses y medio de viaje. Parece bastante, aunque todavía tengo que llegar a Ushuaia y luego subir hasta Colombia, y esos son muchísimos km... A ver como lo organizo, porque de correr ya no tengo ganas :)

Bariloche, la Suiza de Sudamérica.




Atardeceres en la Patagonia.