Thursday 13 March 2014

Trimagasi, Indonesia!

Aunque he disfrutado mucho de todo el sudeste asiático, parece que Indonesia me viene como anillo al dedo!

Ya nada más llegar a Medan, el día 26, tuve la sensación de que la gente era especialmente simpática y con ganas de ayudar. Allí había quedado con Sergio, un chaval de Barcelona que conocí en Koh Tao y con el que viajaré el mes que pasaré en Sumatra, y lo primero que me dijo fue también la buena impresión que le había causado la gente hasta ese momento. En Sumatra todo el mundo tiene, al menos, una sonrisa para ti.

Compañero de aventuras.

Nuestra primera parada fue Lake Toba. Un lago enorme con una isla también bastante grande y muy bonita donde pasamos 4 días. Se ve que dicha isla fue muy turística hace algún tiempo por la cantidad de hoteles, restaurantes y tiendas que hay, pero la realidad es que los otros turístas que nos cruzamos se podrían contar con los dedos de una mano. Tanto mejor, ya que tuvimos la isla para nosotros :) A destacar: la genial comida. Básicamente pescado recien sacado del lago, verduras y arroz (base de la comida asiática, que aquí te ponen para acompañar almuerzos, cenas y a menudo también desayunos); y la vuelta en moto que le dimos a la isla pensando que tardaríamos unas 3 horas, pero que por entretenernos y por el mal estado de la carretera en algunos puntos tardamos más de 7. Además de que se nos hizo de noche, pasamos un frío de cojones y estuvimos a puntito de quedarnos tirados por no tener gasolina, ni donde repostar.

Lake Toba.

Vuelta a la isla.

En el barbero.

Intento fallido.

Del lago intentamos ir hasta Singkil haciendo autostop. Y bueno, podría haber ido mejor. No nos llevó nadie! Es verdad que la gente apenas habla inglés, y lo poco que podíamos entenderles es que no iban en esa dirección. Al final, aun así, conseguimos llegar en autobús local a nuestro destino.
En Singkil conocimos a un par de locales muy agradables a los que invitamos a tomar algo. Y después de charlar un rato, resultó ser que eran buenos pescadores y como nosotros ibamos a la isla Palam Bak y ellos demostraron interés en venir un día a pescar, quedamos al día siguiente para coger el mismo barco. Pues al llegar a la isla en la que teníamos que cambiar de barco, todavía no se si por malentendido o porque se quisieron aprovechar de nosotros, nos dijeron que ellos eran guías y que por tanto teníamos que pagar todos los gastos. Lógicamente, al no estar de acuerdo (todavía no necesité ningún guía en los casi 6 meses que llevo de viaje), se creó el conflicto: ellos decían no tener dinero para pagar el barco ni de ida ni de vuelta y toda la gente que allí había se puso de su parte. Además, empezaron a crear follón diciendo que nosotros les habíamos prometido pagar por todo y que ahora decíamos que no. Y es que aunque no sea una sensación agradable, para mucha gente, por de donde venimos, no dejamos de ser más que un par de euros andantes. Total, que por estar en una isla en mitad de ninguna parte y por tanto no tener donde ir, por no dejar que la situación se pusiese todavía más fea, y después de un buen rato de discutir sin llegar a ninguna parte, les dimos el dinero para pagar los billetes y que se fuesen de allí. Y así, cabreados y sabedores de estar en boca de la mitad de la isla, intentamos salir de allí en el siguiente barco de pescadores que nos llevase a nuestra meta.
Y ahora viene un motivo por el que es tan especial viajar. Cómo un día definitivamente malo puede, de repente, convertise en uno difícil de mejorar. Después de 1 hora en la barca de un pescador, llegamos a lo más cercano al paraíso que yo haya estado hasta el día de hoy.

Palau Palam Bak.

Una pequeña isla en la que hay 3 cabañas donde puedes dormir y un pequeño restaurante, que ni es restaurante ya que no puedes elegir lo que quieres comer si no que lo que tengan en ese momento te lo sirven. El agua dulce para ducharte la consiguen cuando llueve. Hay un pequeño generador eléctrico que encienden solo algunas horas cuando anochece, a las 22h se corta la luz. En la isla solo viven el par de personas que se ocupan de recibir al turista que pueda llegar. Pasamos allí una semana de pesca, de mucho leer, jugar al ajedrez y las cartas y pasear por la isla.
Es el sitio en el que más alejado de todo he estado desde el comienzo de mi viaje. Y me ha encantado!

Los 5 habitantes de la isla :)

Palau Palam Bak.

Palau Palam Bak.

Palau Palam Bak.

Atardecer en la isla.

Unas 3h se tardaba en rodear la isla.

Familia que iba a la isla a recoger los cocos de las palmeras.

El niño trepaba a las palmeras, de varios metros de alto, como si nada.

En la semana en la isla tomé más cocos que en el resto de mi vida!


Gente que no tiene NADA, pero derochan alegría y felicidad.


Levantarse a las 5 para ver el amanecer, y no ver nada por las nubes bajas!

De allí fuimos a Berastagi, un pequeño pueblo en Sumatra central, donde no hay mucho que ver a parte de los dos volcanes. Subimos al volcán Sibayak. Excursión de unas 3 horas horas de subida a través de la jungla y un par de bajada, acabando la ruta en unas aguas termales que sentaban de escándalo después de la caminata.

Esperando al transporte hacia Berastagi.

Mercado en Berastagi.

Subiendo al volcán Sibayak.

Crater.

Volcán Sibayak.

Ahora nos dirijimos de nuevo a Medan, sin tener ni idea de cual va a ser nuestra siguiente parada. Vamos a ir al aeropuerto a ver hacía dónde hay vuelos baratos. El norte de Sumatra? Jakarta, Bali...? Incluso cambiar de país y volar a Kuala Lumpur, Malasia? En unas horas lo sabremos. 

Os lo cuento en la siguiente actualización :)